Paliza histórica del Baskonia al Barcelona | Baloncesto | Deportes
Euroliga jornada 8
En su partido más completo de la Euroliga, el Baskonia machacó al Barcelona más pobre de la temporada, que llegaba a Vitoria como claro favorito pero se marchó con motivos para reflexionar. Después de una primera parte en la que el Barça mantuvo muy pocos minutos las constantes vitales, las diferencias que consiguió su rival resultaron insuperables para el conjunto de Grimau, que no acertó en casi nada.
Empezó igualado el choque del Buesa hasta que el marcador se puso 10-12 para el Barça, que había tenido a Da Silva como catalizador. Pero se gripó el equipo de Grimau, y después de un parcial de 11-0 para el Baskonia, cambió la perspectiva del partido. El equipo vitoriano se cargó de energía mientras se desinflaba el Barcelona y durante el resto de la primera parte solo el equipo de Ivanovic se dejó ver en la cancha. Apagados los barcelonistas, muy laxos en defensa, flojos en ataque, ni apretaban (siete faltas en la primera parte), ni acertaban en el tiro, todo lo contrario que el Baskonia, alegre en el triple y firme en la contención.
El Barcelona se fue al descanso con solo 29 puntos y muy malas sensaciones, las contrarias que las de los vitorianos, que después de perder con prórroga ante el Obradoiro, parecían frescos como lechugas. La duda radicaba en saber si los vitorianos podrían aguantar el ritmo. Cuando Laprovittola anotó cinco puntos consecutivos de salida, parecieron vacilar los hombres de Ivanovic, pero el técnico paró el partido, y a la vuelta, las cosas comenzaron a encauzarse. La diferencia, que había superado los 20 puntos regularmente, se redujo en un par de ocasiones a 16, pero el Barcelona jugaba a tirones, y en el Baskonia, la inspiración de Markus Howard (26 puntos), de Miller-Mcintyre (20) y Moneke (19), solventaron todos los obstáculos.
En el último cuarto, el Barça claudicó, Grimau se sentó y observó cómo el acierto vitoriano le llevaba a alcanzar los 30 puntos de diferencia a falta de 3,41 minutos, una distancia inesperada e inédita en los duelos entre ambos equipos en Europa. Al final, con la relajación obvia de los locales, se quedó en 23.
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